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EL ELOGIO DE LA INCERTIDUMBRE

“…Un educador debe ser, más que nadie, una persona culta, es decir, cultivada, porque por vocación y por oficio él es un cultivado, un jardinero de hombres, y si no tiene algo para cultivar no podrá cosechar. El educador, pues, o es culto o no es educador. ..” Rodolfo de Roux

“DE- MENTES BRILLANTES”:
RODOLFO RAMÓN DE ROUX

Francisco Beltrán Peña
Facultad de Contaduría
Universidad Central



Rodolfo Ramón de Roux nació en Cali en 1945. Pertenece a una connotada familia de industriales e intelectuales que ha sabido prestar importantes servicios a la comunidad nacional. Es licenciado en filosofía (Varese Italia); licenciado y magister en teología (Universidad Javeriana de Bogotá); Doctor en Sociología de la Religión (Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París); Doctor en Historia de América Latina (Universidad de Toulouse-Le Mirail). Desempeñó la decanatura de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Pedagógica Nacional, donde también fue profesor hasta su exilio. Es miembro de la Junta Directiva de la Cehila (Comisión de Estudios de Historia de la Iglesia en América Latina). Así, pues, Rodolfo Ramón de Roux es filósofo, teólogo, sociólogo, historiador y pedagogo, campos del conocimiento que bien domina y con profunda sabiduría conjuga en sus obras, cual connotado humanista.

La aguda pluma de Rodolfo Ramón de Roux ha producido estas significativas obras: Una Iglesia en estado de alerta, 1983; Nuestra historia, 1984; Historia de la humanidad, 1986; Elogio de la incertidumbre, 1988; Lo sagrado al acecho, 1990; Dos mundos enfrentados, 1990; Los laberintos de la esperanza, 1993; Cómo se legitima una conquista, 1998; De violencias y tolerancias, de próxima aparición. Cabe anotar que su obra "Nuestra historia" produjo malestar entre los rancios miembros de la Academia Colombiana de Historia. Ella, en cabeza de uno de sus bien conocidos presidentes se pronunció cual digno representante de la siempre viva y acechante inquisición. Lo cierto fue que el ilustre maestro centenario en una de sus habituales columnas de El Tiempo, lanza en ristre arremetió contra la generación de historiadores como los corruptores de la juventud. El caso de Sócrates se repite una y otra vez. Por supuesto el ortodoxo maestro se refería a los iconoclastas de los "Catecismos patrios", de la "Historia militar"; a los herejes, cismáticos y, en suma ateos de la dogmática del descubrimiento en tanto que encubrimiento, del eurocentrismo, de las cronologías y genealogías de política y militares. En otras palabras, se dirigía el inquisidor a los críticos del paradigma histórico del positivismo o del estructural funcionalismo. El nombre de De Roux era el único que figuraba en dicha columna. El cuerpo armado de la inquisición –que no parece sufrir problemas de lectura como sí los tiene buena parte de nuestra población-, tomó atenta nota de la referida columna a fin de enviar sufragios y amenazas de muerte al acusado de lesa patria. El acusado, por su parte, carente de la vocación de mártir no tuvo otra alternativa que exiliarse en Francia en 1988, porque como él mismo afirma en su ensayo "Catecismos patrios" "la patria no necesita gente muerta". Así, pues, la lucha de la modernidad iniciada por Ginés de Sepúlveda pero racionalizada por Francisco de Vitoria contra la postmodernidad gestada por Montesinos y articulada por Bartolomé de las Casas, continúa su curso en el presente y, quién sabe hasta cuando.

Lo cierto sí es que De Roux es un maestro del ensayo como género literario, del pensamiento analítico-crítico y de la síntesis, con meritorio aquilatamiento. La exquisitez de sus ensayos hace segregar abundantes jugos gástricos intelectuales incluso a los neófitos de la lectura. Lo constato con mis dilectos estudiantes. Ello se explica porque el autor cumple como escritor la exigencia de José Martí: "La palabra es para decir la verdad, no para encubrirla". "Pensar es resolver, pensar es servir, pensar es prever". Por ello la facilidad con que en tan pocas palabras logra la problematización de serias, complejas, controvertidas y sugestivas cuestiones. El rigor, la precisión, la claridad, la metáfora, la ironía, la cita oportuna, el paréntesis explicatorio, la pulcritud, la belleza literaria son los comunes denominadores de sus ensayos. A manera de ejemplo y, como sostiene el saber popular: "para la muestra un botón" vale la pena confrontar entre otros, sus ensayos intitulados: "Elogio de la incertidumbre" y "Cultura y formación de docentes". Más parecen acuñados en el refinado y aunque de un soneto que el producto de una investigación. ¿No será más bien que la ciencia también posee su expresión poética?


GENERALIDADES DEL TEXTO

En el conversatorio que realizamos con el grupo: Seminario la educación en el cine y el pensamiento universal el día 3 de noviembre de 2010 se plantearon muchas intervenciones relacionadas con el papel del educador en el mundo actual y ser congruente en los discursos, es decir, la unión entre la teoría y la práctica, entre lo que se dice y lo que se hace; un educador es un aristócrata del espíritu, además un hombre culto no le interesan las discursividades, sino el respeto por el otro.
El educador debe ser congruente en sus discursos. Hubo intervenciones de todos los educadores asistentes en torno a la educación y el trabajo en el aula y fuera de ella: Gabriel, Yuliana, Maribel, Carlos, Camilo, Yasmin, Beatriz, Leonel, Maya, Alejandra.

“Somos enanos subidos a hombros de gigantes, por eso podemos ver más lejos que ellos; sin embargo, no por virtud de nuestra agudeza visual, ni por lo elevado de nuestra estatura, sino porque nos encaramamos y apoyamos en esta masa gigantesca” Rodolfo de Roux

El maestro no es un Dios, sino un hombre como los demás, el maestro debe organizar su yo interior y ser un juez de sí mismo, para saber los alcances de su palabra y disciplina interior, debe tener una conciencia permanente de lo que dice.
El conversatorio con los maestros sobre este ensayo: “El elogio de la Incertidumbre” estuvo bastante interesante y hubo muy buena participación dentro de un diálogo de respeto por el otro, por su palabra y por sus convicciones filosóficas, pedagógicas. Una de las intervenciones interesantes del Maestro Juan Leonel Giraldo Salazar nos hacía la aclaración de no pedirle al Estado que haga de nosotros una persona culta, cada uno debe capacitarse y ser responsable de su formación pedagógica y profesional.

Dentro de todas las posiciones pedagógicas que se abordaron cabe destacar que el educador es un ser cultivado, reflexivo, con pensamiento crítico, con habilidades múltiples, con destrezas pedagógicas, con imaginación y debe cultivar sus potencialidades y conocer las propias y la de los estudiantes. El educador debe conocerse a través de los otros. Debemos ser unos autodidactas, fortalecer la producción intelectual, salirnos de las recetas educativas, tener muchas estrategias pedagógicas, debemos formarnos nosotros mismos.
Me parece interesante conocer otras posibilidades para abordar la Educación a través del cine crítico y los textos educativos propuesto por el Coordinador Leonel; y sobre todo con una gran Institución como es la Universidad de Antioquia ( Ni privada ni cerrada) ¡Cuida tu alma mater!

FARYD MUÑOZ GÒMEZ
Licenciado en Filosofía y Religión
Universidad Católica del Norte.
Santa Rosa de Osos Antioquia
Faryd75@gmail.com
www.filosofiapreescolar.tk

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